28 de marzo de 2024

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Periódico Digital del Valle de Calamuchita

Talleres se impuso ante Boca Juniors en un Mario Kempes colmado

Salió todo redondo para Talleres: fiesta total, convocatoria más que masiva, el Estadio Mario Alberto Kempes repleto, Boca Juniors con 11 mil hinchas en la cabecera visitante, y un triunfo que invita a soñar.

Casi 60 mil personas vibraron en las tribunas, atestiguando un conjunto de barrio Jardín que transpiró el triple y un «Xeneize» que fue un sospechoso mar de dudas. Fue victoria 2 a 1 del «Albiazul» y de esta forma se prende en la pelea en el campeonato, cumplida la tercera fecha de la Liga Profesional, con una alegría ante el campeón que invita a creer.

Una verdadera fiesta vivió el hincha de Talleres nada menos que ante Boca, que llegaba como campeón del último torneo de Primera División, pero que poco mostró de esa chapa. Por el contrario, dejó una pálida imagen que llamó la atención a propios y extraños. Pero eso no le quita méritos al conjunto albiazul que entró motivado, lo presionó y lo asfixió en campo ajeno y sacó réditos de esa cacería.

La apertura del marcador llegó de la mano de Michael Santos, de merodeador, mandando una pelota a la red casi en el área chica, aunque previa anulación, necesitó de la inspección del VAR para que sea convalidado. Fue la revancha de la acción anterior cuando en el mano a mano el palo le dijo que no al grito sagrado, luego de un pase filtrado y preciso de Rodrigo Garro.

Boca a esa altura mostraba muchas falencias pero sobre todo en lo actitudinal, más allá de la virtud del local de no dejar jugar. Para colmo Orsini se fue lesionado a los 10 minutos y luego perdió al colombiano Villa por una piña sin pelota, pero eso fue en el complemento recién.

Antes de eso, el albiazul amplió en el marcador con un tanto de Pizzini que demoró en definir, con demasiado suspenso, en una defensa «Xeneize» que dio todas las ventajas y una muy lenta reacción de Sergio Romero. De hecho al gol se lo convalidan a Ezequiel Fernández, en contra.

Y Boca se cayó a pedazos. Villa era la única arma que podría llegar a desequilibrar y de hecho llamó la atención que el DT Hugo Ibarra lo ubicara por izquierda, sabiendo que Portillo no es lateral izquierdo, lo que hubiese presentado alguna ventaja.

Sin embargo, las razones de la derrota se llaman Rodrigo Garro, Rodrigo Villagra y Pizzini. Y Santos, claro. Luego ingresaron Nahuel Bustos y el «díscolo» Diego Valoyes, dejando en claro que hay variedad de recursos en el equipo como para ilusionarse.

Todo fue del local, su gente alentó y gritó y hasta perdonó a Ramón Sosa por el increíble gol errado desde el área chica y un remate en el travesaño aunque la jugada estaba invalidada. De todas maneras, en el final durmió la siesta, descontó Langoni y Guido Herrera le tapó una palomita a Figal que hubiese dejado una sensación muy amarga en el hincha. Aspectos a corregir por Gandolfi.

Luego del dubitativo arranque ante Independiente, el Albiazul metió dos triunfos al hilo para alimentar la esperanza de que este pueda ser el año esperado.

Fuente: LNM

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