Una nueva vida llegó a la reserva faunística Causachi, situada dentro del predio de la Central Nuclear Embalse, con el nacimiento de una llama, un hecho que representa el compromiso de Nucleoeléctrica Argentina con la protección y conservación de la fauna autóctona del territorio cordobés.
Un espacio que protege la vida
El nombre Causachi, de origen quechua, significa “mantener la vida, proteger la vida”. Este espacio natural abarca seis hectáreas a orillas del lago Embalse, donde conviven y se desarrollan más de 100 animales y aves propias de la región.
La reserva fue creada por Nucleoeléctrica con el objetivo de brindar un hábitat seguro y controlado para las especies locales, combinando el desarrollo científico y tecnológico con la preservación del entorno natural.
Un ecosistema en crecimiento
El reciente nacimiento de la llama se suma al de 15 cabritos y 7 corderos, consolidando el crecimiento del ecosistema que la empresa impulsa en el lugar.
Los animales que habitan la reserva viven en libertad y son acompañados por un programa permanente de control veterinario y soporte alimentario, garantizando su bienestar y el equilibrio ambiental.
Compromiso ambiental y sostenibilidad
Desde Nucleoeléctrica destacaron que este acontecimiento refuerza su compromiso con la gestión ambiental, en línea con las políticas de sostenibilidad que guían el funcionamiento de sus centrales nucleares.
Las instalaciones de la empresa operan bajo los más altos estándares internacionales de seguridad y cuentan con un sistema de gestión ambiental certificado, orientado a reducir el impacto sobre el entorno y preservar la biodiversidad local.
Una convivencia armónica entre energía y naturaleza
El nacimiento de esta llama en Causachi simboliza la convivencia posible entre el desarrollo energético y la protección del ambiente, y refleja la apuesta de Nucleoeléctrica por una energía limpia, segura y comprometida con la vida.
